En cualquier caso, vivir con un pene pequeño, para muchos, no es algo fácil.

"Llegué a un punto en mi vida personal donde casi no salía, evitaba la potencial interacción. Al final es exponerte a más presión de la que vale la pena", relató Graham.

"Definitivamente, creo que he sufrido. He tenido muy pocas parejas, probablemente porque no quiero ponerlas en esa situación desagradable".

"Me pone nervioso tener intimidad, no tengo la confianza suficiente cuando llegamos a esa etapa", agregó Graham.

El doctor Fabián Bonaño confirma esta sensación: "El paciente puede sentirse inhibido al inciar una relación sexual, por miedo a no cumplir con las expectativas de la pareja", explica.

Y, para Graham, la reacción de sus parejas puede resultar impredecible.

"Algunas personas son brutalmente honestas, y es lo primero que te mencionan. A otras les gustas por lo que eres".

"Pasé mucho tiempo pretendiendo ser alguien que no era o poniendo buena cara".

"Me gustaría haber sido más honesto conmigo mismo pero no necesariamente lo cambiaría, porque me gusta bastante cómo soy ahora", confesó.

Para Smith, sin embargo, la cuestión es mucho más sencilla.

"El sexo va mucho más allá del tamaño del pene", le dijo a BBC Mundo.

Aunque también admitió que existen "presiones sociales" y una "imagen idealizada del tamaño del pene por parte de la industria pronográfica y de los medios de comunicación", lo cual proporciona una "visión distorsionada de lo que es normal".

La manera de afrontarlo, aconseja, es con "honestidad y franqueza".

"Dejen de mentir sobre su tamaño, no contribuyan al mito".