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La Lepra, un enemigo que aún vive entre nosotros. Aprenda de ella.

Qué es

La lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa crónica producida por la bacteria Mycobacterium Leprae (bacilo ácido-alcohol resistente) que afecta, especialmente, al sistema nervioso periférico, la piel, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se caracteriza por la aparición de úlceras cutáneas, falta de sensibilidad en la piel y debilidad muscular.
El ser humano es el único blanco conocido para esta enfermedad. Aunque el contagio es muy difícil, se produce de persona a persona por contacto directo cuando hay proximidad con un enfermo no tratado debido a que se transmite a través de gotículas nasales y orales.


Causas
La lepra surge por la bacteria Mycobacterium Leprae. Su período de incubación oscila entre los nueve meses y los 20 años, según datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad. 
La transmisión se produce principalmente cuando una persona con lepra estornuda y los que están a su alrededor aspiran esas gotas en el aire contaminado, cuando existe un contacto estrecho y habitual con enfermos no tratados. Muchas de las personas que entran en contacto con una persona enferma no acaban infectadas porque su sistema inmune aplaca la bacteria.
Los más afectados suelen ser jóvenes de entre 20-30 años. Sin embargo deben tener especial cuidado las embarazadas, ya que, pueden transmitirles al feto la infección, en este caso, es recomendable realizar las pruebas pertinentes al recién nacido. Raramente aparece en menores de tres años. 

Síntomas

Las principales manifestaciones que pueden aparecer son las siguientes:
Las lesiones cutáneas son las reacciones más frecuentes. Suelen ser más claras que el color normal de la piel.
Pueden aparecer lesiones en la piel que no curan después de algunas semanas o meses.
Adormecimiento de la piel debido al daño en los nervios debajo de la piel.
Debilidad muscular.
Prevención
El riesgo de contraer lepra es muy bajo, aún así, la mejor manera de prevenir la enfermedad es el diagnóstico y tratamiento precoz de las personas infectadas y realizar controles a los que  han estado en contacto con los enfermos de lepra.

Tipos
Existen dos tipos de lepra:
Lepra Paucibacilar (PB): es la menos grave (2-5 lesiones cutáneas). Aparecen manchas en la piel y pérdida de sensibilidad en esas zonas. Las personas contagiadas con este tipo de lepra responden rápidamente al tratamiento.
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Lepra Multibacilar (MB): es la más grave, pero tiene cura. Se caracteriza por múltiples lesiones cutáneas, inflamación de los nervios, congestión nasal y epistaxis.
Diagnóstico
Para saber con exactitud si padece la enfermedad se pueden realizar una serie de pruebas: la biopsia de la piel o raspado de la piel. Se trata de una extracción de una muestra de la piel para su examen microscópico. No suele tardar más de 15 minutos. Hay distintos tipos de biopsia de la piel según la profundidad de la muestra extraída.
Otra prueba que puede realizar el especialista es la lepromina cutánea, es un examen para determinar qué tipo de lepra padece la persona. En estos casos, el médico inyecta una muestra, no infecciosa, debajo de la piel y marca el sitio de la inyección que será examinado a los tres días y a los 28 para ver si hay reacción y cuantificarla.

Tratamientos

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el primer avance importante en el tratamiento se realizó en los años 40 con la dapsona. En los años 60 se conocieron la rifampicina y la clofazimina, juntos se añadieron, a lo que hoy conocemos como tratamiento multimedicamentoso (TMM). La OMS proporciona el tratamiento multimedicamentoso gratuitamente a todos los enfermos de lepra.
 El TMM consiste en la administración de dapsona y rifampicina para todos los pacientes, a los que se añade clofazimina en caso de enfermedad multibacilar (la más severa).
En la actualidad para la lepra paucibacilar se recomienda una combinación de rifampicina y dapsona durante seis meses y una combinación de rifampicina, dapsona y clofazimina durante 12 meses en la lepra multibacilar, prolongándose más tiempo en casos especiales.
Control del progreso del tratamiento:
En las citas mensuales, el personal correspondiente deberá vigilar la aparición de reacciones adversas, por ejemplo, la diarrea.
Cada año se debe realizar un examen clínico que se compone de: una exploración física en general, una valoración clínica específica de lepra y el estudio bacteriológico.
El conocimiento que se tiene actualmente de la enfermedad hace posible la eliminación de la misma, a lo que se tiene que sumar esfuerzos médicos, sociales, políticos y científicos. 

Otros datos

Complicaciones

La lepra si no se trata puede causar:
Daño en los nervios de los dedos, los pies, las manos. Esto puede provocar que la persona no sienta dolor ni sensibilidad térmica en esas áreas.
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Desfiguramiento.
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Debilidad muscular.

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