Comunidad Evangélica rechaza decisión del tribunal Constitucional que reconoce prácticas homosexuales en PN y Armada
Esta resolución constituye un golpe directo a los principios morales, éticos y espirituales que han sostenido a nuestra nación desde sus fundamentos. Esta decisión del Tribunal Constitucional es inconstitucional, porque desconoce el espíritu, el marco valórico y los principios rectores establecidos en la Carta Magna. El orden militar y policial es, por naturaleza, una estructura altamente disciplinaria, normativa y moralmente regulada.
Pretender introducir prácticas contrarias al orden institucional es quebrar la esencia misma del cuerpo castrense y violentar la naturaleza jurídica para la cual estas instituciones fueron constituidas. Del mismo modo, consideramos esta sentencia una aberración ética, ajena a la tradición histórica, cultural y espiritual del pueblo dominicano. La República Dominicana ha levantado su identidad sobre valores familiares sólidos, sobre el respeto al orden natural y sobre los principios que han guiado por décadas la convivencia social.
Esta decisión no refleja el pensamiento de la mayoría del pueblo, ni responde al sentir de la nación. La familia y los valores que la sostienen constituyen un pilar esencial de la identidad dominicana. Alterar el orden disciplinario de las instituciones castrenses implica afectar directamente uno de los bastiones que resguardan la seguridad, la autoridad y el equilibrio social de la nación.
Este no es un debate meramente ideológico; es un asunto de seguridad institucional, de preservación del orden interno y de protección del tejido moral de la nación. Como entidades representativas de millones de ciudadanos, afirmamos que decisiones como esta no se corresponden con la visión de país, con los principios constitucionales ni con la responsabilidad institucional que exige salvaguardar la estabilidad de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. La función castrense exige sobriedad moral, coherencia institucional y apego a la normativa histórica que le ha permitido cumplir su misión sin quiebras internas.
Por estas razones, hacemos un llamado urgente, firme y responsable a las autoridades competentes, al liderazgo nacional y a los órganos de control institucional a revisar, revertir o dejar sin efecto esta decisión, a fin de evitar fracturas en el orden disciplinario, jurídico y moral del país. La República Dominicana no puede permitirse abrir puertas que comprometan la eficacia, el respeto y la unidad de los cuerpos que garantizan la paz y el orden.
La Mesa de Diálogo y Representación Cristiana reafirma su compromiso con la defensa de la Constitución, de la familia, de los valores institucionales y del respeto al orden castrense.
Exhortamos a la nación a mantenerse alerta, unida y firme, demandando que se restaure la coherencia jurídica y la estabilidad moral que han guiado históricamente a la República Dominicana. Esta decisión debe ser echada hacia atrás en beneficio de la nación, de sus instituciones y de su futuro.

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