Ir al contenido principal
GpW6BSroTfz0GSz0Tpz9Tpd7GA==

Titulares

Search

¿Pero cuál corrupción?

Por: Xavier Carrasco


Cuando uno revisa con detenimiento las estadísticas de cuánto dinero se desvía en la corrupción administrativa y termina en bolsillos particulares, se da cuenta de que el mayor gasto del Estado no está en nómina, ni en programas sociales, ni siquiera en inversión pública. El verdadero gasto histórico de la República Dominicana ha sido en corrupción.

Esta semana fuimos testigos de un hecho revelador: Máximo Montilla, hermano de la ex primera dama Cándida Montilla de Medina, esposa del expresidente Danilo Medina, llegó a un acuerdo con el Ministerio Público. Se declaró culpable de todo lo que se le acusaba y devolvió al Estado más de RD$3,000 millones, de los cuales RD$2,000 millones en efectivo.

Como si fuera poco, un tribunal condenó a siete años de prisión al hermano del expresidente, ordenando además el decomiso de:

1. RD$445 millones.

2. US$423,000 dólares.

3. 30 vehículos.

4. 3 apartamentos en Piantini.

5. 1 apartamento en el Paraíso.

6. 1 penthouse en el Malecón Center.

7. 1 condominio en San Pedro de Macorís.

Asimismo, a través de sus empresas se incautaron:

• RD$439 millones a General Supply.

• US$12 millones a Domedical Supply.

La pregunta que más resuena en mi cabeza, al ver estas cifras y condenas, es aquella que Danilo Medina pronunció con aparente indignación cuando fue cuestionado por periodistas: “¿Pero cuál corrupción?”. Una pregunta que parecía retórica, pero que en realidad fue una confesión involuntaria. Su subconsciente lo traicionó, no sabía cómo responder, porque la corrupción lo rodeaba, incluso dentro de su propio círculo familiar.

Lo irónico es que, mientras pronunciaba esas palabras, detrás de él estaban figuras como Jean Alain Rodríguez, entonces procurador general, quien en vez de perseguir la corrupción la encubría, porque estaba sumergido hasta los tuétanos en la misma podredumbre. Y también su jefe de seguridad el mayor general Adán Cáceres Silvestre, que por su cercanía al presidente debía protegerlo, pero en realidad formaba parte del entramado de corrupción.

Frente al acuerdo de Montilla, Danilo Medina no pudo quedarse callado y llamó a un programa radial para defender lo indefendible. Dijo que solo había visto a Montilla tres veces en su vida “y siempre en cumpleaños”, y que su relación era lejana, porque era “medio hermano” de su esposa. Como si la sangre, la política y los contratos multimillonarios no los hubiesen vinculado. Con ese discurso intentó borrar el hecho de que tanto Montilla como Alexis Medina se enriquecieron a la sombra del poder y bajo el pretexto de ser familiares del presidente.

La mayor desfachatez fue escuchar a Danilo alegar que sugirió a Montilla no firmar ese acuerdo porque “afectaría su honor”. ¿Qué honor puede perder alguien que admite haber amasado fortunas ilícitas a costa del pueblo dominicano?

La historia se encargará de dar su veredicto. Porque en un país donde durante años se negó la corrupción, hoy los hechos hablan solos, la pregunta ya no es ¿pero cuál corrupción?, sino ¿cómo negar lo que está frente a los ojos de todos?

 ¿Pero cuál corrupción?
Siguiente publicación

0Comentarios

Special Ads
Special Ads
Special Ads
© Copyright - Informativo Brisas del Sur. todos los derechos Reservados .