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Muere Piedad Córdoba, la política que encarnó la izquierda liberal y la apuesta por la paz de Colombia


La congresista del Pacto Histórico murió este sábado en Medellín, días antes de cumplir 69 años, por causa de un infarto. Conocida por su lucha para lograr una salida negociada al conflicto armado, fue siempre una figura controvertida.

La política colombiana perdió este sábado una de sus figuras más representativas. Piedad Córdoba, una mujer afrocolombiana que desde el Congreso fue protagonista de los hechos más importantes de las últimas tres décadas, fue encontrada por sus escoltas sin vida. Cuando fue ingresada a la clínica Los Conquistadores, en Medellín, su ciudad natal, ya había muerto por un infarto. Conocida por su lucha para lograr una salida negociada al conflicto armado con la entonces guerrilla de las FARC y por haber participado en las negociaciones con este grupo armado, que derivó en la liberación de varios secuestrados, fue siempre una figura controvertida.

El presidente Gustavo Petro fue uno de los primeros en reaccionar a su muerte. “Como congresista la conocí y como senadora murió. Una verdadera liberal ha muerto”, dijo el mandatario a través de un trino. Al momento de su fallecimiento, Piedad erasenadora por el Pacto Histórico, el partido con el que Petro llegó a la presidencia. Pasó prácticamente la mitad de su vida en el Congreso, a donde primero llegó como representante a la Cámara por su departamento, Antioquia, en 1992, y donde luego fue senadora, hasta el 2010. La mayor parte de su carrera la hizo dentro del Partido Liberal. Venía de una familia que lideraba desde hace décadas una corriente de este partido en el Chocó, de donde era su línea paterna. Sin embargo, se fue distanciando de los toldos rojos por sus ideas de progresistas y más cercanas a la izquierda, lo que la llevaría a fundar el movimiento Poder Ciudadano Siglo XXI, como una disidencia interna.

“Piedad Córdoba fue una mujer golpeada por un época y una sociedad. Luchó toda su vida madura por una sociedad más democrática. Su cuerpo y su mente no resistieron la presión de una sociedad anacrónica, que aplaudía los ajustamientos de jóvenes, que odiaba el dialogo y la paz, que odiaba a los negros, a los indígenas y a los pobres, que la trataba como una criminal. Un procurador fascista la expulsó del Senado y se burló de sus electores, quise resarcir el daño y ayudé a que hiciera parte de la lista del Pacto Histórico, sentí que lo merecía”, añade el trino de Petro.

“Piedad Córdoba fue una mujer golpeada por un época y una sociedad. Luchó toda su vida madura por una sociedad más democrática. Su cuerpo y su mente no resistieron la presión de una sociedad anacrónica, que aplaudía los ajustamientos de jóvenes, que odiaba el dialogo y la paz, que odiaba a los negros, a los indígenas y a los pobres, que la trataba como una criminal. Un procurador fascista la expulsó del Senado y se burló de sus electores, quise resarcir el daño y ayudé a que hiciera parte de la lista del Pacto Histórico, sentí que lo merecía”, añade el trino de Petro.

Aunque no fue la primera mujer afrodescendiente en llegar al Congreso —ya lo había hecho Nasly Lozano en 1962—, sí cobró un protagonismo en la política nacional inédito para una mujer de raíces negras. Viajaba por Latinoamérica en su ánimo por buscar alianzas para adelantar procesos de paz con garantes extranjeros, y se hizo cercana a varios presidentes latinoamericanos de izquierda, especialmente a Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, y a Hugo Chávez, en Venezuela. Esta última amistad fue la causante de las mayores críticas que recibió en Colombia, donde se le acusó de adelantar agendas políticas secretas a favor del chavismo y de la guerrilla.


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