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3 habilidades claves de la litigación oral


Los abogados litigantes eficientes deben contar con tres habilidades concretas: oratoria, redacción y lenguaje no verbal. Estas competencias son esenciales para plantear una estrategia de litigación exitosa y lograr convencer al tribunal en una instancia de juicio.

 El desarrollo práctico del derecho procesal se ejerce a través de tres tipos de lenguaje: lenguaje hablado, lenguaje escrito ylenguaje no verbal. Para que los juristas puedan disponerse frente al tribunal de manera competente, es necesario que tengan en cuenta los aspectos señalados, concretados en tres habilidades específicas: la oratoria, la redacción y la capacidad de saber estar.

Oratoria: la habilidad de saber hablar

Los juristas tienen por objetivo convencer al receptor del mensaje, esto es, el tribunal, las personas interesadas y el público en general, de que la pretensión que defienden es correcta, para que este les conceda la razón en juicio. Es decir, buscan vencer. Para lograrlo es importante expresar el mensaje claramente. En este sentido, una comunicación efectiva requerirá controlar cuatro recursos puntuales de la oratoria: 

Léxico: disponer de un vocabulario rico y variado significa contar con buena materia prima para trabajar.

Sintaxis: el mensaje debe estar organizado de manera coherente y ordenada.

Articulación y pronunciación: una buena entonación permitirá que aquello que digamos sea más comprensible.

Retórica: la disposición eficaz de las palabras generará una impresión positiva en el receptor.

Redacción: la habilidad de saber escribir

El lenguaje escrito es un complemento necesario del lenguaje hablado. Un escrito tiene un destinatario específico, que pertenece al ámbito jurídico o no, y tiene que estar redactado de tal forma que su receptor pueda entenderlo. Puntualmente, si al texto lo leerán personas ajenas al ámbito jurídico, el lenguaje técnico debe adaptarse para evitar un distanciamiento del sistema judicial por encontrar ininteligible el mensaje.

En el caso de los escritos destinados a un operador jurídico, se deberán respetar los tecnicismos propios de la disciplina. Además, en lo que respecta a los alegatos, los interrogatorios y las conclusiones, tanto la redacción como la verbalización del contenido deberán ser originales.

Lenguaje no verbal: la habilidad de saber estar

La imagen de una persona, sus gestos, su forma de vestir, sus expresiones faciales, sus ademanes y hasta su forma de pararse o de sentarse constituyen elementos comunicativos que son percibidos por el receptor de manera simultánea con el lenguaje verbal. La interpretación de estos no es uniforme en todos los receptores del mensaje, ya que dependerá de los sentimientos de cada individuo. 

Es por eso que el mensaje no verbal debe ser transmitido como un conjunto o pack que permita reforzar el mensaje verbal. Para esto es importante prestar atención a la presencia, aprender a situarse en contextos específicos y desarrollar la empatía. 

Las habilidades comunicativas son fundamentales para cualquier profesional que quiera potenciar sus destrezas. Adaptadas al plano jurídico, estas herramientas marcarán la diferencia en el servicio que presta y en la calidad con la que ejerce su profesión. Por este motivo, es clave que los abogados litigantes las conozcan y las entrenen.


El contenido de esta nota fue extraído del módulo Introducción a la Oratoria Forense, creado y dictado por el docente Federico Bueno de Mata para el Curso Superior en Derecho: Litigación Oral.

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