Se complican las cosas: Las potencias extranjeras y la ONU dan la espalda al primer ministro de Haití.
Los representantes en Haití de Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea y un grupo de seis embajadores, entre ellos el de Estados Unidos, expresaron su respaldo a Ariel Henry como primer ministro en un comunicado.
El posicionamiento de los embajadores del llamado Core Group a favor de uno de los tres aspirantes al poder supone un importante giro, puesto que en los días posteriores al magnicidio, tanto la ONU como Estados Unidos reconocieron la autoridad de Claude Joseph para dirigir el país caribeño hasta las próximas elecciones.
Las dudas en la sucesión de Moise surgen porque Ariel Henry fue nombrado primer ministro el pasado 5 de julio, en el último decreto firmado por Moise dos días antes de su muerte, pero este no llegó a ser investido, por lo que Joseph continuó al frente del Gobierno, con el respaldo de la Policía y del Ejército.
PETICIÓN DE UN GOBIERNO DE CONSENSO
En su comunicado, las potencias extranjeras pidieron la formación de un Gobierno de consenso e inclusivo y, con este fin, animaron "encarecidamente" a Henry a continuar con "la misión que se le ha encomendado para formar dicho Gobierno".
Este Ejecutivo de consenso, según la visión de los embajadores, deberá encargarse de organizar "en el plazo más breve posible" las elecciones presidenciales y legislativas que, según recalcaron, deben ser "libres, justas, transparentes y creíbles".
El Core Group está formado por los embajadores de EE.UU., Francia, España, Brasil, Alemania, Canadá, la UE, así como los representantes de la ONU y de la OEA.
Este grupo fue inicialmente establecido como un ente facilitador de la labor de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), desplegada entre 2004 y 2017, pero en la práctica sirve para consensuar las posiciones políticas de las potencias en relación a Puerto Príncipe.
CUATRO VÍAS EN DISPUTA POR EL PODER
El apoyo extranjero a Henry no ha tenido de momento respuesta por parte de ninguno de los dos primeros ministros, ni tampoco por parte del presidente del Senado, Joseph Lambert, hasta ahora el tercero en liza por el control del Palacio Nacional.
Lambert recibió el apoyo de algunos senadores para proclamarse presidente de Haití dos días después de la muerte de Moise, pero se mantiene en silencio desde el pasado domingo, día en el que se celebró una reunión tripartita con mediación de Washington, en la que no se llegó a un acuerdo.
A estos tres aspirantes al poder, se les puede sumar una cuarta vía, que comenzó a ser discutida este sábado por parte de numerosos grupos de la sociedad civil y de representantes de partidos de la oposición, en una reunión celebrada en un hotel de Puerto Príncipe.
La llamada "comisión de la sociedad civil haitiana por la búsqueda de una solución haitiana a la crisis" pretende consensuar un acuerdo para decidir el rumbo del país, sin la injerencia de las potencias extranjeras.
EL REGRESO DE LA PRIMERA DAMA
Al margen de las disputas por el poder, este sábado regresó a Puerto Príncipe la viuda del gobernante asesinado, Martine Moise, quien llegó al aeropuerto de la capital todavía convaleciente de las heridas que sufrió en el ataque armado de hace diez días.
Martine Moise bajó por su propio pie del avión que la trajo de vuelta de Miami, EE.UU., donde permaneció diez días hospitalizada, y fue recibida en la pista de aterrizaje del aeropuerto por el primer ministro interino, Claude Joseph.
Está previsto que Martine Moise acuda a los funerales de Estado, que se han programado para el próximo viernes en Cap-Haitien, la mayor ciudad del norte del país y cercana a la comuna de Trou-du-Nord, donde nació su esposo.
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