La hambruna sacude a Madagascar, un país acorralado por el cambio climático.
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, ha lanzado esta semana un llamamiento urgente al mundo para que abra los ojos ante la crisis invisible que envuelve al sur de Madagascar, donde comunidades enteras están al borde de la inanición.
"Ha habido una serie de sequías en Madagascar que han puesto a las comunidades a la vanguardia del hambre. Las familias están sufriendo y la gente ya está muriendo de hambre severa", explica Beasley, que achacó la situación a la crisis del cambio climático.
Lola Castro, directora regional del PMA en África Meridional, que ha visitado recientemente la zona afectada junto con Beasley, calificó este viernes de "muy dramática" la situación que vive el país. "Lo peor está por venir", añadió en una conferencia de prensa celebrada en Nueva York.
"Llevo 28 años en las Naciones Unidas y solo he visto algo similar una vez. Fue en el 98 en Sudán del Sur. Cuando ves a cientos de personas que están acabadas y no solo son niños, sino que son adolescentes y adultos, sabes que algo anda muy mal", comentó.
La hambruna en Madagascar causa estragos y obliga a la población a comer hojas de cactus, "La gente básicamente está comiendo cactus, comiendo hojas. Y no es que coman eso como un complemento a su dieta. Esa es su dieta", recalcó Castro.
"Tenemos gente al borde de la hambruna y no hay conflicto. Solo está el cambio climático con sus peores efectos, que los está afectando seriamente", agregó, al tiempo que reclamó "una acción rápida es necesaria" por parte de la comunidad internacional.
Madagascar es el primer país del mundo en experimentar hambruna debido a la crisis del calentamiento global. "Esta es una zona del mundo que no ha contribuido en nada al cambio climático, pero ahora, son los que pagan el precio más alto", se lamentó Beasley.
Las familias están sufriendo y la gente está muriendo de hambre severa. Según el informe, más de 1,14 millones de personas se hallan en situación de inseguridad alimentaria, mientras que unas 14.000 se encuentran en condiciones catastróficas.
"No podemos dar la espalda a las personas que viven aquí, mientras la sequía pone en peligro miles de vidas inocentes. Ahora es el momento de actuar y de seguir apoyando al Gobierno malgache para contener los efectos del cambio climático y salvar vidas'' enfatizó Beasley.
Asimismo, Castro dijo que la ONU y el Gobierno malgache están lanzando un llamamiento urgente por unos 155 millones de dólares que esperan llame más la atención que el realizado anteriormente.
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