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Wilson Camacho: un procurador que le quita el sueño a muchos.


Se llama Wilson Camacho, “el fiscal que ha causado insomnios a los investiga­dos por presuntos actos de corrupción. A él no le tiemblan las manos para actuar en contra de funcio­narios del pasado y el ac­tual gobierno que sustraen recursos del erario.

El titular de la Procuradu­ría Especializada de Per­secución de la Corrupción Administrativa (Pepca) ha llevado investigacio­nes de grandes casos so­bre sus hombros. Su carre­ra ha estado marcada por fuertes polémicas que les han abierto varios frentes y cuestionamientos.

Junto a Yeni Berenice Reynoso, procuradora ge­neral adjunta y directora de persecución, no esca­tima esfuerzos y no deja dormir los procesos que lleva bajo investigación. Ambos se han agenciado el respaldo y admiración de muchas personas.

Camacho, de carácter enérgico, fuerte voluntad y determinación. El lugar al que ha llegado ha sido por su trabajo y dedica­ción. Su vida profesional ha sido impecable.

Como magistrado ha to­mado decisiones muy im­portantes al momento de participar en investiga­ciones de presuntos actos de corrupción, durante el tiempo que se viene des­empeñando, primero co­mo fiscal de la Pepca y lue­go titular de ese órgano.

Su dedicacion ha sido reconocida, quedando re­flejada en sus largas jorna­das de trabajo y en sus co­nocimientos del derecho.

Jamás se le ha visto nin­gún interés distinto a que se aplique justicia con todo el rigor. Y precisamente ese ri­gor es el que determina sus actuaciones en contra de los involucrados por el hecho de sustraer del erario.

 Camacho pone a prue­ba su autoridad y se juega su prestigio, honra y reputación, manteniendo la confianza de la gente que repudia la impu­nidad, principalmente en los casos de corrupción.

Camacho llegó a litigar como fiscal en la jurisdic­ción de Moca durante cinco años, y en todo el departa­mento de La Vega.

Llegó a colaborar en in­vestigaciones por asignación directa del entonces procu­rador general de la Repú­blica, Francisco Domínguez Brito, en el caso del senador Félix Bautista y otras seis personas acusadas de co­rrupción y lavado de activos en contra del Estado.

Por este caso, el entonces juez de la Instrucción Espe­cial de la Suprema Corte de Justicia, Alejandro Moscoso Segarra, emitió un auto de no ha lugar a favor de las de­más personas que fueron so­metidas a la justicia.

Igualmente, llegó a co­laborar en la Dirección de Persecución, participando en el juicio de fondo en el que Matías Avelino Castro fue sentenciado a 20 años de prisión como cómplice del asesinato del periodis­ta José Silvestre, un hecho ocurrido en en el año 2011 La Romana. El móvil del asesinato de Silvestre fue un artículo publicado en el periódico “La Voz de la Ver­dad”, en el que señalaba a Ahmed Mañón, chofer de Avelino Castro, como el res­ponsable de la muerte de un tal “Momón”.

Ya de fiscal en la Pepca, Ca­macho participó en la medida de coerción en contra de 14 implicados al principio de ha­ber recibido US$92 millones en sobornos de la constructo­ra Odebrecht, para favorecer la construcción de obras en el país.

Luego, Camacho participó en el juicio preliminar seguido a siete acusados, proceso don­de el juez de la instrucción es­pecial de la Suprema Corte de Justicia, Francisco Ortega Po­lanco, emitió un auto de no ha lugar en favor del actual Minis­tro de Interior y Policía, Jesús Vásquez Martínez, y envió a juicio de fondo al resto.

Ahora, Camacho participa en el juicio de fondo seguido a seis involucrados, Ángel Ron­dón, Víctor Díaz Rúa, Conra­do Pittaluga, Tommy Galán, Andrés Bautista y Roberto Ro­dríguez, esta vez como titular del órgano persecutor de la corrupción.

Junto a Berenice Reyno­so, Camacho participa en las investigaciones de casi 100 casos de presuntos ac­tos de corrupción, entre es­tos tres los denominados Pulpo, Coral y Caracol, este último dirigido a tres miem­bros de la pasada Cámara de Cuentas.

En el primero están impu­tados Alexis y Magaly Medi­na Sánchez, hermanos del expresidente Danilo Medi­na, y exfuncionarios de su gobierno, mientras en el se­gundo, el principal acusado es Adán Cáceres Silvestre, je­fe de seguridad del exgober­nante.

Además, Camacho ha co­laborado en la definición de estrategias de litigación de casos en Guatemala, con una ONG de Nombre Muje­res Transformando el Mun­do, en el caso Sepur Zarco, cerrado con condena supe­rior a 300 años. También co­laboró en el caso Hogar Vir­gen de la Asunción, sobre la muerte de 41 niñas quema­das en un hogar de refugio, catástrofe ocurrida en este albergue de menores, en el municipio San José Pinula, de Guatemala, ocurrido el 8 de marzo de 2017.

Experiencias

Camacho es el actual pro­curador general adjunto de la Procuradoría, titular de la Pepca, procurador general de Corte de Apela­ción (2013-2020); docen­te de la Escuela Nacional del Ministerio Público (actual); director Uni­dad de Análisis de la Cri­minalidad (2013-2016); director de la Escue­la Nacional del Ministe­rio Público (2012-2013); gerente de Capacitación (2011-2012); miembro del Comité Gestor de la Escuela Nacional del Mi­nisterio Público (2009-2011); procurador fiscal de Espaillat (2004-2009) y fiscalizador de Espaillat (2004).

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