Agustín Laje: El aborto es un genocidio silencioso.
Cree que hay más parejas solicitando que niños en calidad de ser adoptados, lo cual atribuye a la burocracia y largos procedimientos que se emplean.
Observa que en algunos casos se desea asumir a un bebé, no a un adulto, pero por lo extenso de los procesos de adopción, cuando se le aprueba a la pareja, se desmotiva, porque ya el niño creció.
Propugna porque los gobiernos desarrollen políticas públicas en favor de las mujeres para contener la idea del aborto como la única opción, citando entre las acciones principales a implementar las ayudas sicológicas, económicas y alimenticias.
Su convicción es que a la mujer siempre hay que darle una alternativa para que nunca piense en acabar con la vida de la criatura que lleva en el vientre. La más eficiente, sostiene, es tener buenos sistemas de adopción.
El problema de nuestra sociedad es que tenemos gobiernos que a las parejas les hacen esperar hasta 10 años para darles una criatura, porque son burocráticos, son lentos”, señala.
Laje expuso su posición sobre el aborto durante el Desayuno de Listín Diario, en el que respondió inquietudes del director Miguel Franjul; el subdirector Fabio Cabral, y las periodistas Saiury Calcaño y Wanda Méndez. Estuvo acompañado de Damaris Patrocinio, del Foro Mujeres Pro Vida, y César Curiel de Moya, del movimiento Cursillos de Cristiandad.
Un problema social
Insiste en que el Estado debe implementar políticas reales, que concedan condiciones dignas a una mujer, se le enseñe a respetar su cuerpo, a tener una educación y disponer de los recursos económicos necesarios para que pueda llevar adelante a una familia.
Laje visualiza que la sociedad se quiere sacar el problema de la forma más simple, que en su opinión, es acabando con la vida de la criatura.
En su criterio, el aborto es un fracaso social que genera consecuencias físicas y psicológicas.
Plantea se deben identificar las condiciones sociales, económicas, culturales y familiares que llevan a la mujer a abortar. Cuestiona que ahí es donde el Estado no quiere aparecer.
Piensa que con la legalización del aborto aumentarán esos procedimientos, y que las tres causales que se reclaman para exonerar de penas en República Dominicana constituyen una puerta que produce otros efectos negativos.
Ubica a la mujer que se practica un aborto como una víctima, por lo cual no la condena porque lo haga. Tampoco cree que se trate de un hecho que se deba festejar.
“La mujer que se ha hecho un aborto es una víctima también. Lo que pasa que el aborto no es algo festivo, no es algo que sea digno de ser celebrado”, subrayó.
Violaciones sexuales
Defiende la vida en todos los casos, pero cuando pone en la balanza la de la mujer y la de un violador sexual, se inclina hacia la de la madre. “Me preocupa más la niña violada que la castración de un violador”, dice.
Considera que la violación sexual es una falla del Estado, que no ha podido cumplir con garantizar la seguridad de esa ciudadana.
Recalca que el papel del Estado es discutir seriamente políticas públicas y penales graves que puedan controlar ese delito.
Propone realizar un trabajo de campo sociológico y social que monitoree la situación disfuncional de las familias donde esos casos se puedan producir.
Sugiere que si la víctima quedó embarazada, el Estado debe sacarla del entorno de su agresor, darle seguridad física, atención médica y psicológica, y ayuda económica.
También, la posibilidad de que cuando nazca la criatura, sea separada de inmediato y llevada a una familia que la quiera adoptar.
Madre en riesgo
Está de acuerdo con la exoneración del médico de responsabilidad penal cuando la vida de la madre esté en riesgo.
“Hay una causal que puede ser válida para no penalizar al médico, cuando el aborto termina siendo una realidad insuperable, cuando la mujer está por morir, cuando hay riesgo de la vida de la madre, ahí aparece una figura que no hay que penalizar el médico”, indica.
¿Un referendo?
Fue cauteloso al opinar sobre el planteamiento que han hecho algunos sectores de que el tema de las tres causales como eximentes para el aborto sea sometido a un referendo. Se basó en que desconoce la configuración jurídica de ese tipo de mecanismos en República Dominicana.
Ante esta reacción, el director del Listín, Miguel Franjul, aprovechó para explicarle que solo está contemplada en la Constitución del 2010 y que aún no ha sido aprobada la ley que lo regulará.
Luego se refirió al tema en sentido general, expresando su oposición a que ese tipo de consultas populares versen sobre derechos fundamentales, en esta oportunidad para decidir si se protege o no el derecho a la vida, que en el caso de la República Dominicana está consagrado en el artículo 37 de la constitución.
Y políticamente, precisó, sería muy peligroso, porque en países de la región, prevalece un sistema de votación muy clientelista y tendría consecuencias que no le parecen éticas.
CLAVES
Retraso.
Laje aspira a que la agenda que promueve la legalización del aborto en ciertas circunstancias se retrase, porque entiende que cada día que pasa se salvan muchas vidas. “Cada hora ganada estoy convencido de que salva vidas”, afirma.
Lucha.
Ha visitado República Dominicana y otros países de Centroamérica en su lucha contra la interrupción del embarazo pues espera que en esta región se comience a dar una reacción que ilumine y sirva de ejemplo.
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