La tasa de fertilidad en el mundo cae a la mitad en 20 años.
Lógicamente, detrás de esta media hay
grandes diferencias. Puerto Rico es el territorio con una menor tasa, 1,1. La
mayoría de los países más desarrollados rondan el 2, con España en el 1,3,
entre los países más bajos, según este estudio. En 2018 estaba en 2,18, y en
1980 en 2,40. Ello explica que en el país la población disminuya, y lo haría
más si no fuera por los extranjeros que
llegan. En el extremo opuesto están los países del África
subsahariana, con tasas por encima de cinco, con el máximo en Níger (7,44). Con
esta evolución, la revista vaticina que el mundo no llegará a los 10.000
millones. Esta evolución ha hecho que el mundo alcanzara un máximo
de nacimientos vivos en 2016 de 139,6 millones; el año pasado fueron 135,3
millones, un descenso del 3% en tres años. Es decir, hasta hace poco, la
disminución del número de hijos por mujer se compensaba con el aumento del
número de ellas. Desde 2016 eso ya no sucede.
Además, el envejecimiento mundial se
refleja en el otro factor que influyen en el número de habitantes además de los
nacimientos: las muertes. Estas han pasado de 50,7 millones en 2000 a 56,5
millones en 10 años (un 11,4% más). Es decir, los partos bajan y las
defunciones suben. La desaceleración del crecimiento de la población mundial empezó en los
ochenta, pero ahora está llegando al punto de dejar de subir
para empezar a bajar.
El informe incluye otros dos
parámetros que muestran la desigualdad que existe en el planeta. La mortalidad
de niños de menos de cinco años se considera un parámetro clave de la eficacia
de los sistemas sanitarios. En el mundo está en 37,1 niños por mil habitantes.
Pero los valores van del 1,8 de Singapur y Andorra (Finlandia es el mejor
europeo, 2,2) al 118,5 de Mali, 50 veces más. España está en 3,0.
La esperanza de vida al nacer de los
terrestres (antes de la covid) está, de media, en 73,5 años (76,1 en mujeres,
71 en hombres). Y aquí la desigualdad también es llamativa. Una persona que
nazca hoy en Lesotho tiene unas expectativas de vivir 33 años menos que uno que
lo haga en Singapur (sus esperanzas de vida están en 51,8 y 84,9 años,
respectivamente). España, como es habitual, está entre las más altas: 83,1 años
de media.
En lo que hay menos diferencias entre
los extremos de la tabla es en que ellas viven más. En
concreto, siete años más en Lesotho (55,4 de las mujeres frente a 48,6 años de
los hombres) y cinco en los países más longevos (86,7 frente a 82,9 años en
Singapur; 85,7 por 80,4 en España).
El pais.com
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