EE UU acusa al general Cienfuegos de producción, distribución de drogas y lavado de dinero.
La justicia estadounidense ha dado a conocer detalles sobre el presunto papel criminal del jefe de las Fuerzas Armadas durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, entre 2012 y 2018. El exsecretario de Defensa mexicano Salvador Cienfuegos está acusado de producir y distribuir drogas hacia Estados Unidos, además de otros delitos por lavado de dinero entre 2015 y 2017. El que fuera la cabeza más alta después del presidente, encargado de la seguridad del país, ha sido señalado como un operador valioso para uno de los cárteles mexicanos más violentos, el de los Beltrán Leyva, una escisión del Cartel de Sinaloa con base en el Estado de Nayarit. Se trata de la primera vez en la historia de México que un máximo responsable de las Fuerzas Armadas es detenido. Su acusación por narcotráfico es un golpe al hígado de las estrategias de los dos Gobiernos anteriores en la lucha contra el crimen organizado.
El exsecretario, a quien la justicia se refiere con
el sobrenombre de El Padrino, fue acusado e investigado desde 2019
y los detalles se han hecho públicos este viernes. Las autoridades judiciales
aseguran que tienen “miles de comunicaciones” entre Cienfuegos y “altos mandos”
del cartel heredero de Los Beltrán Leyva, una escisión del poderoso cartel de
Sinaloa. El documento de la Fiscalía de Nueva York, que lleva el caso, hace
referencia al apodo por el que era conocido su líder, Juan Francisco Patrón,
alias El H2, que tomó el control del cartel tras la detención de su
fundador, Héctor Beltrán Leyva, El H, en 2014. El H2 fue abatido
por una operación del Ejército en 2017, bajo las órdenes de Cienfuegos.
En las intervenciones a las que hace referencia la
Fiscalía señala que el exministro se le identifica con nombre, apellidos,
cargo, e incluso foto, como la persona que estaba ayudando a las operaciones de
narcotráfico. Además, las comunicaciones coinciden con alijos incautados en
Estados Unidos.
Como titular de Defensa (2012-2018), Cienfuegos
“abusó de su cargo público para ayudar al cartel del H2, una organización de
tráfico de drogas mexicana extremadamente violenta, a introducir miles de
kilogramos de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana en Estados Unidos”,
asegura la Fiscalía de Brooklyn (Nueva York) en su petición de que Cienfuegos
permanezca detenido en territorio estadounidense pues “presenta un alto riesgo
de fuga”. La vista en la que la Fiscalía solicitará que Cienfuegos sea trasladado a Nueva
York detenido está fijada para este viernes en los juzgados
federales de Los Ángeles y se espera que Cienfuegos comparezca por vídeo desde
la cárcel.
Las pruebas obtenidas por la Agencia Antidrogas de
Estados Unidos (DEA) contra Cienfuegos incluyen “la interceptación de miles de
mensajes de Blackberry” y revelan hasta qué punto el máximo responsable de
Defensa en México ayudaba a las operaciones del cartel a cambio de sobornos.
Entre otras cosas, “se aseguraba de que no hubiera operaciones militares contra
el cartel del H2; lanzaba operaciones contra organizaciones de narcos rivales;
buscaba transporte marítimo para envíos de droga; realizó acciones para
expandir el territorio controlado por el cartel a Mazatlán y el resto de
Sinaloa y presentaba a los líderes del grupo criminal a otros cargos del
Gobierno dispuestos a ayudar a cambio de sobornos”, según se detalla en el
comunicado de la Fiscalía. Gracias al presunto trabajo de Cienfuegos, el cartel
del H2 llevó a cabo su actividad delictiva en México sin “interferencia significativa”
del Ejército, señala la Fiscalía. Y la organización criminal se pudo dedicar
impunemente al tráfico internacional de drogas.
Desde su cargo de jefe de las Fuerzas Armadas,
Cienfuegos dirigía la cooperación con Estados Unidos. Según los documentos
entregados al juzgado, informaba al cartel de las investigaciones que llevaba a
cabo su vecino del norte y les revelaba quiénes eran los testigos e
informantes. “Esto llevó al asesinato de un alto mando del cartel que los
narcos creyeron erróneamente que estaba ayudando a Estados Unidos”, se lee en
el informe de la Fiscalía.
En 2017 en un espectacular operativo del Ejército
en Tepic (Nayarit), sede del cartel de los Beltrán Leyva, El H2 fue abatido
junto a otros 11 sicarios. Las autoridades mexicanas de
entonces celebraban la captura de uno de los objetivos prioritarios del
Gobierno de Peña Nieto, pero lo que registra la Fiscalía de Nueva York es que
esto pudo deberse a una maniobra para silenciar al capo.
El documento de la Fiscalía estadounidense insiste
en el alto riesgo de que Cienfuegos escape de la justicia si no permanece
detenido en su territorio. “El acusado probablemente buscaría aprovechar sus conexiones
con miembros de alto nivel del cartel del H2 en México, así como con altos
funcionarios corruptos del Gobierno anterior para ayudarlo a huir”, señala en
un ataque directo a las debilidades de la política mexicana.
El general, de 72 años, está siendo investigado por
la misma Corte de Nueva York que lleva el caso de Genaro García Luna,
exsecretario de Seguridad con Felipe Calderón, y que sentenció a Joaquín El
Chapo Guzmán. Y su captura supone el golpe más importante al Ejército
mexicano desde la detención del militar Jesús Gutiérrez Rebollo en
1997 —considerado el zar antidrogas del Gobierno del
expresidente Ernesto Zedillo—, condenado en 2007 a 40 años de prisión por
vínculos con el crimen organizado.
La detención de Cienfuegos este jueves en el
aeropuerto de Los Ángeles supone un terremoto para la política mexicana y
vuelve a poner en jaque a las fuerzas de seguridad del Estado por sus posibles
vínculos con el crimen organizando. La captura en diciembre, también en Estados
Unidos, de Genaro García Luna, evidenció las primeras grietas por las que se
introdujo el narcotráfico en los anteriores Gobiernos. El que fuera secretario
de Seguridad Pública en la Administración de Calderón (de 2006 a 2012) está acusado de
colaborar con el cartel de Sinaloa durante los años de la guerra que emprendió
el entonces presidente mexicano contra este tipo de delincuencia tras su
llegada al poder. Aunque en la última audiencia de la semana pasada se declaró inocente, el tribunal
estadounidense que lo juzga lo señala como el brazo del Gobierno que permitió
al cartel más poderoso del mundo operar con total impunidad en México a cambio
de sobornos millonarios.
El nuevo golpe de la justicia estadounidense
destapa la fragilidad del Estado mexicano, con dos ex altos cargos señalados
por narcotráfico fuera de sus fronteras. Dos hombres directamente encargados de
la seguridad de México durante las etapas más violentas del país, acusados por
colaborar y operar militarmente con el crimen organizado, mientras sus
Gobiernos, el de Calderón y el de Peña Nieto, se comprometían con Estados
Unidos a combatir con dureza al narco mexicano.
Tomado del diario elpais.com
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